Los nuevos estudiantes de este año académico 2017 están pasando por primera vez la prueba de diagnóstico del Proyecto de Mejoramiento Institucional USA 1502 de la Vicerrectoría Académica, cuyo objetivo es determinar el perfil de ingreso de los jóvenes. El diagnóstico será aplicado a dos mil 254 estudiantes de 32 carreras, para evaluar aspectos como las habilidades de su desarrollo científico y social. “Queremos identificar la brecha entre el perfil de ingreso requerido y el perfil de ingreso real”, asegura la coordinadora de Diagnóstico de Perfil de Ingreso de la Unidad Mayor, profesora Karla Henríquez.
Por Paola Lizama M. y Andrés Zanetti A.
Desde el pasado lunes 6 de marzo, y hasta el viernes 7 de abril, los estudiantes de primer año de 32 carreras de la Universidad de Santiago comenzaron a rendir por primera vez la prueba de diagnóstico del Proyecto de Mejoramiento Institucional (PMI) USA 1502, cuyo objetivo es determinar el perfil de ingreso.
El proyecto encabezado por la Vicerrectoría Académica del Plantel, comenzó su gestación en el año 2016 junto a la colaboración del Programa de Acceso Inclusivo, Equidad y Permanencia, PAIEP y la Unidad de Innovación Educativa, UNIE, además de un trabajo sistemático con distintos jefes de carrera y profesores de la Universidad.
En total son 2.254 estudiantes de distintas carreras de las Facultades de Ciencia, Ciencias Médicas, Humanidades, Tecnológica e Ingeniería, quienes rinden el examen que evalúa aspectos vinculados a la diversidad funcional, y que además identifica habilidades del desarrollo científico y social, entre otros.
La coordinadora de Diagnóstico de Perfil de Ingreso de la Vicerrectoría Académica, Karla Henríquez, explica que el modelo aplicado tiene como objetivo “identificar la brecha entre el perfil de ingreso requerido comparado al perfil de ingreso real, además de informar las habilidades con las que ingresa la generación de estudiantes”.
Test de habilidades y capacidades
Las pruebas de diagnóstico son seis, y aunque no todas son obligatorias finalmente las Facultades deciden cuáles se ajustan más a sus requerimientos.
Los tests obligatorios son los de motivación y toma de decisiones, que averiguan las influencias académicas de los estudiantes, con versiones distintas para las pedagogías y para las carreras en general, y los de caracterización psicosocial, que indagan sobre los antecedentes laborales de los jóvenes.
Este último, además, detecta la diversidad funcional, vinculado directamente con la inclusión de estudiantes en situación de discapacidad.
También son obligatorios los tests de habilidad de lectura y escritura académica, que detectan comprensión, comparación, sintaxis y ordenamiento de ideas, y los de habilidades de pensamiento matemático.
Son optativas las pruebas de diagnóstico de pensamiento científico que mide las destrezas de los estudiantes para analizar problemas de carácter científico, y las de pensamiento social que analiza la conciencia ciudadana de los recién ingresados al Plantel.
“Al término de la evaluación, se desarrollarán informes que serán entregados a cada Facultad en mayo, para posteriormente generar un modelo dinámico de diagnóstico de perfil de ingreso, que permita responder a la complejidad de la universidad”, puntualiza la profesora Karla Henríquez.
Posteriormente, si los estudiantes lo requieren, también podrán solicitar la información “para que ellos observen en qué habilidades fueron mejor evaluados, y qué necesitan mejorar”, precisa la profesora Henríquez.
Cabe consignar que el proyecto, de alcance institucional e iniciado en mayo de 2016, extenderá su desarrollo hasta fines de 2018 con el objetivo de potenciar la formación integral de los estudiantes, fortalecer los actuales programas de nivelación institucional e implementar otros específicos al interior de las unidades académicas.
Asimismo, se espera continuar aplicando estas pruebas de diagnóstico una vez finalice el PMI USA 1502.